“Notturno Phantastyko” (1984) de FRANCISCO SMYTHE. Acrílico sobre tela, 100 x 100 cm c/u (políptico)
Francisco Smythe (1952-1998) es reconocido por explorar los estatutos de la representación y la materialidad a través de su obra, así como también por el nexo que establece entre éstas y su contexto social e histórico. Comenzó su carrera en los años 70, siendo uno de los pioneros del arte conceptual local y uno de los primeros artistas en denunciar la desaparición de personas durante la dictadura militar con su obra. La incorporación de recortes de diarios entremezclados con palabras en letraset, otros instrumentos serigráficos y manchas de pintura, son características de su obra temprana.
Esa primera faceta política es poco conocida, al igual que sus incursiones en el video y la performance. Smythe es recordado por sus alegres y coloridas pinturas donde mezcla técnicas e incorpora íconos que remiten a lo natural como montañas, palmeras y corazones, y que a fines de los 80 hicieron furor en el circuito galerístico local. El artista recurrió a un imaginario fantástico que se relacionaba con su memoria, sus sueños, su infancia y con su tierra natal (Puerto Montt, en el sur de Chile). Su opción por los colores brillantes y planos sobre fondos blancos o negros, mostraban una ruptura con las tonalidades tradicionales de la pintura chilena y una marcada influencia de la transvanguardia italiana y el pop experimentada en sus años de residencia en Italia.
Una de sus obras más conocida es el mural “Vía Láctea”, de más de 200 metros, instalado en la estación de Metro Baquedano y finalizado días antes de su muerte. Smythe tuvo una corta pero sobresaliente trayectoria, llegando a participar de destacadas exposiciones internacionales como la Bienal de Venecia (1986) y la Bienal de Cuenca (1991).